Afinación
La afinación es el ajuste más conocido de los pianos. De hecho para muchas personas es sinónimo de todo lo que se puede ajustar y reparar en un piano.
La afinación consiste en el ajuste de la tensión de cada una de las cuerdas de forma que cada nota suene a su altura correcta. Debido a que un piano tiene más de 200 cuerdas este trabajo es complejo y laborioso.
La utilización de afinadores electrónicos para realizar ésta tarea no suele dar buenos resultados porque cada piano tiene una inarmonicidad diferente (desviación de la afinación teórica) y eso hace que sea necesario adaptar los ajustes a cada piano en particular.
Los pianos se desafinan tanto si se tocan como si no, ya que la tensión de las cuerdas (alrededor de 70 kg. por cuerda de media) hace que éstas se vayan aflojando poco a poco. Sí que es cierto que cuanto más se toque el piano se desafinará con mayor velocidad.
La frecuencia recomendada para afinar un piano depende de su uso. Si es un piano de concierto, por ejemplo en un teatro o sala de conciertos, se debe afinar antes de cada actuación ya que lo que se busca es la mayor perfección posible. Si el piano está en una vivienda y tiene un uso diario o muy frecuente lo ideal es afinarlo todos los años. Si está en una vivienda pero se toca poco, por ejemplo los fines de semana, quizás con afinar cada dos años sea suficiente. Si el piano no se está usando en absoluto no es necesario afinarlo. Todo esto es válido tanto para un piano vertical como para un piano de cola o una pianola.
Regulación de la Maquinaria, Teclado y Apagadores
Estos ajustes persiguen que todos los movimientos de la cadena que forman las teclas, las palancas del mecanismo, los martillos y los apagadores sean homogéneos y requieran la misma fuerza en los dedos. Para ello los técnicos de pianos tienen que ajustar las teclas de forma que todas estén a la misma altura y se hundan lo mismo al pulsarlas y la dureza de las mismas sea idéntica.
También hay que ajustar varios tornillos de regulación del mecanismo que actúan orientando correctamente las palancas y haciendolas actuar en el momento oportuno. Otro ajuste importante es el de la distancia que recorren los martillos desde su posición de descanso hasta las cuerdas a las que han de golpear.
Además, hay que ajustar la fuerza de varios juegos de muelles, el funcionamiento de los apagadores para que cuando se deja de pulsar una tecla el sonido se apague inmediatamente, etc, etc.
Ajustes de los Pedales
Los pianos poseen normalmente 3 pedales aunque algunos modelos tienen solo 2.
El pedal derecho, o pedal "forte" es el más importante y sirve para hacer que las notas se mantengan sonando aunque se dejen de pulsar.
El pedal izquierdo es el pedal "piano". Consigue que el instrumento suene un poco más suave y, en el caso de los pianos de cola, con un timbre más dulce.
Por último, el pedal derecho en los pianos de cola se llama "pedal tonal" y es una variación del pedal derecho. Sin embargo en la mayoría de los pianos verticales es el pedal que activa la sordina. La sordina hace que el volumen del piano se reduzca y se utiliza principalmente para no molestar a los vecinos.
Al ajustar los pedales, hay que conseguir que cada uno de ellos actúe con precisión, tanto al pulsarse como al soltarse, y que no se produzca ningún ruido como consecuencia de los rozamientos normales de sus elementos.
Entonación
La entonación es una de las materias más delicadas en la regulación de un piano. Su objetivo es conseguir el grado óptimo de brillo y calidad de sonido del instrumento. Para ello los técnicos-afinadores han de actuar sobre la dureza del fieltro de las cabezas de los martillos. Si la dureza es excesiva se procede a pinchar el fieltro con unas agujas especiales para hacerle perder tensión. Si, por el contrario, el fieltro está demasiado blando se recurre a la administración de lacas y sustancias como el Collodión para que el martillo recupere la dureza y tensión correctas.
Limpieza Interna del Piano
Debido al difícil acceso al interior del piano, a menudo, pese a mantener un gran cuidado en la impieza externa del piano, el interior del mismo acumula polvo y suciedad. Con el tiempo esto pueden generar ruidos, torpeza en el mecanismo y en general un empeoramiento en el rendimiento del piano. Por eso es conveniente cada cierto número de años que el técnico de pianos realice una limpieza integral del interior del instrumento, tanto de la zona de las cuerdas y la tabla de resonancia como del mecanismo, la zona interior de los pedales y la estructura sobre la que se asientan las teclas. Junto con la limpieza, una lubricación de las piezas que soportan rozamientos favorecerá un funcionamiento mucho más suave y silencioso del instrumento.
